Llegaron ya los primeros quinientos libros de “La gringa del pastor” impresos, empastados, encintados, envueltos en un plástico que seguro indigestará a generaciones de delfines. Normas oficiales, lo del plástico.
Los libros ya están listos para irse a las librerías, pero antes estamos organizando una preventa. ¡Imaginen El Buen Fin, pero con mis dos novelas!
El miércoles llegan los quinientos de ‘Una ciudad más sucia, más gris, más necia’ me avisó Bonilla en el mismo texto. Tu tranquilo, me asegura mi infalible editor.
Mi panza es uno de esos baches que cuando caes, solo sales mentándole la madre a todos los dioses del asfalto citadino, uno por uno. Ya luego les ruegas clemencia.
Flojito y respirando, me dicen.
Hubiera mandado imprimir catorce, pensé, catorce… en el asador de la casa catorce se queman rápido, igual sirve que invito unas costillitas. Pero no, mil es cosa de paciencia. Paciencia y una chiminea tipo Titanic. Me atasco pensando en el Titanic.
Pero bueno, como diría Jack Nicholson en El resplandor, en la escena del hacha en la puerta: !Aquí están!
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Enviaré más detalles para la preventa en cuanto se reciban los quinientos libros impresos de la segunda novela. Aquí la fila, jovenazos….!
Que emoción! Felicidades!!