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  • Writer's pictureMiguel Esteva Wurts

debate




Una de las cosas que me encantan de que los dos estén tomando sus clases aquí, en línea, es que puedo espiarlos.


Ayer escuché a Gusano en pleno debate con sus compañeros de su clase de inglés con respecto a los “objetores de conciencia”, en específico aquellos soldados que deciden no luchar, no matar al contrario, por oponerse a la causa o justificación de la guerra a la cual fueron enviados.


Surgió porque van a leer All Quiet on the Western Front, de Erich Marie Remarque que habla justo del tema, refiriéndose a la brutalidad de la Primera Guerra Mundial, narrada por un soldado alemán quien se unió al ejército convencido por un profesor de esos que inyectan a sus alumnos con un exacerbado fervor patriótico.


El debate estaba siendo moderado por la maestra, pero aun así, lo que más me sorprendió fue el nivel de civismo entre ellos. A pesar de estar en pantallas, cada quien en sus casas, no había interrupciones, no había chavos intentando gritar uno por encima del otro, cada uno escuchaba lo que tenía que decir su contrario antes de contestar. Es que estamos utilizando el método Socrático, me dijo Gusano como si fuera obvio. Él, por supuesto, no se limitaba con externar sus opiniones. Las respuestas casi siempre empezaban con “estoy de acuerdo con fulanito, pero…” Hablaban sin extenderse y luego escuchaban.


No sé en que momento perdimos esa civilidad, esa capacidad de discutir con freno, de dar tu opinión, detenerte a escuchar el argumento de la otra parte, y trabajar desde las coincidencias. No creo que hayan sido las redes sociales, aunque tampoco ayuda el que nuestra opinión la tengamos que poner en 288 caracteres o menos. Creo más bien, fue al momento de cederle el micrófono a quienes les encanta escuchar el sonido de sus ocurrencias.

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