top of page
Search
  • Writer's pictureMiguel Esteva Wurts

9 abr 23 - de delincuentes, rejas, soccer y enchiladas.


Ayer regresábamos de cenar en casa de unos amigos quienes nos prepararon unas enchiladas -de las que me acordé a las tres de la mañana aunque debo admitir que estaban buenerrimas así que lo del recuerdo matutino fue culpa mía por haberme comido seis de una sola sentada- y nuestro camino de regreso a la casa nos condujo por la calle que corre a un lado de la preparatoria pública a la que asistieron mis tres hijos y en la que cursa su último año mi hijo menor quien se gradúa dentro de un mes, cuando, a un lado del campo de entrenamiento de "soccer" vimos que estaba estacionada una patrulla, sus luces rojas y azules a todo dar como para señalarle el camino al Conejo de Pascua pero que más bien avisaban de que el policía había atrapado a alguien cometiendo una fechoría, misma que acá suele ser el transitar a 33 millas por hora en una zona de 30, y dicho y hecho, alineados frente al oficial de cuerpo 'figura de bloque de Lego', estaban cuatro chavos con facha de que estaban siendo aleccionados, uno de los cuales, desde lejos, creímos reconocer porque llevaba el gorro de cubeta “bucket-hat” igual al sombrero que le habían regalado los de la Universidad de Chicago a Gusano en nuestra visita relámpago del pasado jueves y viernes y el cual no se quitó de la cabeza desde que se la dieron. ¿No es Gusano con sus cuates?, le pregunté a AnaP. Y por supuesto que lo era, era Gusano con sus tres cuates con los que pasa el no sé que porcentaje ridículo de su tiempo libre, su camarilla con quienes organiza el noventa y ocho por ciento de sus actividades post escolares. Cuando nos acercamos a ver que onda, porque después de todo, no es del diario el que al Gusano lo detengan en algún acto delictivo, se acercó con nosotros nuestro hijo y nos aseguró, con la calma que lo caracteriza, de que todo estaba bien, que nos veíamos en la casa pero que ya nos fuéramos, no fuera a ser que lo estuviéramos apenando ante sus cuates en éste, su primer encuentro con la autorida’, aunque nos juró de que el Poli solo les estaba levantando un reporte que porque los había pescado jugando "soccer" en la cancha de la escuela a las diez de la noche, hora que en cualquier país civilizado es justo la hora para practicar este deporte en las instalaciones deportivas de una escuela pública, pero de que aquí esas no eran horas de estar persiguiendo el balón, menos en huaraches y gorro de cubeta como lo hacía mi benjamín.


Bueno, eso y que se habían saltado la recién instalada reja que colocaron alrededor de la escuela para entrar a jugar a la flamante cancha de entrenamiento de la preparatoria pública. Subrayo la palabra pública.


Vaya crimen, pensé, saltarse la reja para entrar a jugar con un balón a la cancha de la escuela pública.


Ya saben, esa reja la pusieron alrededor de la escuela como para que los que portan AK47s y ese tipo de armas “deportivas”, no se metan a la escuela durante el horario escolar y tiroteen a quien se les ponga enfrente, tipo el imbécil de Nashville de hace unos días, o el loquito de Uvalde, de hace menos de un año.

Comments


bottom of page