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  • Writer's pictureMiguel Esteva Wurts

Mañanera 20 ago 19


Notas tomadas y pensamientos recogidos a todo mecate en el iPhone.

Orwell estaría. Asombrado. Chance no. Pero la pantalla detrás del podio lee, textualmente: “Ahora existe una opinión pública dispuesta a no permitir ninguna ilegalidad, ningún atropello”

Newspeak a la Mexican. Ustedes son la opinión pública: opinen esto.

Me entra como que entre que miedito y una hueva suprema el echarme la mañanera completa. Está grabada y la puedo detener si me harta. Aun así es la primera vez. “Mi primera mañanera” pienso, y lo único que quiero es que no me detengan y sufra yo de un mañanerus intrerruptus, que es bastante frustrante.

Me siento como mal mexicano, me da un poco de vergüenza el solo admitirlo, pero nunca he visto una mañanera completa. Sí, ok, he visto clips y memes, ¿pero completa? Tengo unos conocidos, ya mayores, que encienden la tele durante las mañaneras: ella encuentra compañía en la vaivén de cura pueblerino mientras empieza su día, y él ocupa la voz de párroco seductor para ronronearse un rato adicional en la cama. Cada quién, digo yo. El contador de tiempo del vídeo me previene de que escogí un muy mal día para ser masoquista: ésta mañanera, me indica, va a durar 2:12 y en estas mañaneras, cada minuto es un plomo. Los 2:12 me parece una de esas malas profecías de Nostradamus, de esas en las que nadie se fijo hasta que ya es demasiado tarde y el rayo ya partió en dos al abuelito.

Mientras esperan a que llegue, el director de cámara hace una toma amplia de la sala. Todos los reporteros están sentados en silencio, en sillas diseñadas bajo la supervisión del Marquis de Sade. Todo el asunto me recuerda al Profesor Hugo. En el Colegio Junipero, antes de que contrataran a Miss Alicia como la directora de español, reinaba el Profesor Hugo. En segundo año de primaria nos regañó al salón entero por algo que hicimos que me gustaría recordar de que fue porque le graffiteamos el coche con todo tipo de obscenidades, pero que supongo fue por no alinearnos de manera correcta cuando nos formamos para hacerle los honores a la bandera. Verlos sentados a los reporteros, soplándose las manos, jugando con sus plumas, acomodándose en sus asientos, me recuerda al Profesor Hugo.

Como dice el Joker en Batman, “Estop da’ prez” cuando entra y da los buenos días, esperando la misma respuesta y me doy cuenta de que es, en realidad, el mismo espíritu del Profesor Hugo al que estoy viendo. La hora del día y el hecho de que es un martes, no ayuda a que la respuesta suene.

“Esto será un diálogo circular” empieza diciendo. Mi TDAH entra en acción y googleo la definición de “diálogo”: un intercambio de información entre dos o más personas. Así que lo de circular sale sobrando. Lo percibo como un pequeño triunfo, Miguel - 1, Prof. Hugo - 0. El espíritu del Profesor Hugo sigue fuerte entre nosotros porque con lo del dialogo circular, regreso al Colegio Junípero en los setentas cuando se puso de moda el hablar de nuestros sentimientos en el llamado “Círculo mágico”. Círculo Mágico… al final del día, por lo menos en nuestro salón de segundo grado, resultó ser solo una oportunidad para que una de las gemelas nos diera una explicación de alguna vivencia familiar. Pero bueno, apenas dice “dialogo circular” que uno de los reporteros sentados en la fila de enfrente, el clásico niño aplicado de pelo engomado y manzana roja para el maestro, levanta su mano para que lo escojan (a mí, a mí, Profesor Hugo!). Pero el Profesor Hugo pregunta de que porque han levantado la mano si él no les ha dado permiso. ¡Quemón al niño aplicado! No es un buen comienzo para un diálogo circular, y de inmediato desisto el proponerle a AnaP el tener diálogos circulares, aquí en ésta, su casa.

Ahora sí. El Profesor Hugo le concede la palabra a un reportero sentado atrás y ataviado con lo que parece un chaleco salvavidas rojo, lanza una pregunta sobre lo que está haciendo el gobierno de la 4T para que el sector privado funcione en conjunto con el gobierno.

La respuesta comienza, y no miento, con que se reunió ayer con dos fulanos que son representantes del sector privado para resolver el problema de lo gasoductos. La verdad es que puede que sí, que este yo mintiendo y que haya contestado algo completamente distinto, pero la verdad es que me distraigo con la mujer en el recuadro que traduce las palabras del mañanero a lenguaje de señas. Sin afán de andar quitando chambas me preocupan dos cosas: 1. no sé cómo traduzca las pausas del Profesor Hugo, y 2. entiendo que haya traductores para digamos, los Oscares, pero ¿para la mañanera del 22 de agosto?

Me vuelvo a concentrar cuando habla de lo “importante que es contar con gas” pero no puedo dejar de pensar en lo desagradable que “contar con gas” debe de ser para nuestra primera dama en el lecho matrimonial, aunque luego me acuerdo de que no le gusta que le digan primera dama a la primera dama, caray. Sorry.

Sigue con lo del gas, y se sigue cual hilo de media. Se queja de que porqué somos dependientes¿?, que Pemex quería exportar gas, que hasta en los ochenta tenían planes para hacerlo, que hasta un gasoducto hicieron, “imagínense eso” y que la regaron los tecnócratas irresponsables, corruptos, que por culpa de ellos ahora compramos gas y no lo exportamos, que hasta el gasoducto aquel que hicieron para exportar ahora lo usamos para importar gas, “imagínense eso”. La neta que no me sé la historia del gas en México, solo me acuerdo que luego mi mamá me hacía perseguir a los del camión de la pipa de Garza Gas porque con eso de que vivíamos hasta el fondo de la cerrada no les gustaba meter su camión en reversa por la calle empedrada (suena como albur, lo sé) para surtirnos, y por alguna razón todo este problema del gas me hace sentir una ira contenida en contra de esos miserables tecnócratas, que por ellos el ducto se utiliza para importar gas y ahora mis papás ya no tienen que perseguir al camión de los de Garza Gas, ejercicio que bien lo podrían incorporar como parte de su rutina diaria. Es una buena primera regañada del Profesor Hugo a los de la administración previa, quienes espero se estén revolviendo en sus departamentos en Miami o donde sea que estén. No sé como se deriva este dialogo circular, pero nos comunica que no hay gas en la península de Yucatán. Pero tienen cochinita pibil, pienso, y cochinita mata gas. Siempre. A todo esto, la plática ya se transmutó a hablar de apagones, creo. Pero por suerte ahora ya tenemos apoyo del sector privado, dice... “uh oh” como dicen acá, ya insertó un “aunque”, y dice “aunque para lo del gas ahora ya tenemos un plan” y uno se imagina, una inversión en energía eólica, solar o marítima, y vaya que qué bueno. Pero no, ese no es el plan. Resulta que todo va a ser increíble gracias a que va a reactivar la economía, y que todo se resolverá gracias a que se va a reactivar la microeconomía desde abajo. Desde abajo, repite. ¿Y cómo? Dando empleo en el campo, sembrando, construyendo, porque bueno, todos sabemos lo bien que les ha ido a los campesinos y a los obreros en México. Nos recalca lo importante que son eso de las remesas, que porque en general la gente del campo tiene tres ingresos, aunque ahora nos explica algo de la lluvia y de la sequía, cosa que lo propulsa a hablarnos sobre la crianza de animales que es el desenlace lógico de una pregunta sobre el sector privado y el sector energético, y nos habla “de los chivos de los borregos y eso es un apoyo” aunque en realidad no sé si ya nos está hablando de la avicultura y dijo “a pollo” en vez de “apoyo”. No sé, no me pregunten, yo solo estoy tratando de traducir. De repente regresa a reiterar que lo otro que les ayuda a los campesinos son las remesas pero no importa porque ya desde hace mucho ya nos olvidamos de la pregunta del reportero vestido con su chaleco salvavidas rojo.

Así de repente, en medio de este diálogo circular que anda teniendo con sus voces internas, dice “segundo” cómo si los que vivimos fuera de su cabeza nos acordáramos de una lista que estaba numerando en algún punto de su charla. Nos habla, y no miento, del istmo, del tren maya, de la refinería, la extracción del petróleo y como que me pierdo de lo que dice porque me fijo en su mano derecha que da vueltas y vueltas como si estuviera extraviada y quizá se haya referido a eso cuando dijo que sería una charla circular. Todo esto me recuerda a estar en el comedor en casa de mi Tío Billy en el mero pueblo de Villa Ávila Camacho mejor conocido como La Ceiba, y yo sentado al lado de mi Tío Billy esperando a que terminaran mis primos su juego de pin pon porque yo era el siguiente en la reta, y mi Tío Billy me preguntaba algo como “Dime Mickey, ¿qué opinas del Shah de Irán?” solo para que él se pudiera lanzarse con una diatriba donde se contestaba, se enojaba y llegaba a sus propias conclusiones, tildándome de rojillo y yo solo viéndolo porque a los nueve años aun no tenía una opinión con respecto al Shah de Irán, pero que no importaba porque ya era mi turno en la reta del pin pon.

Regreso a la mañanera cuando oigo que dice “hacen hoteles, hacen empresas.” Si él lo dice, se harán, supongo.

“Cuarto”, dice, “y es muy importante” parece subrayar, “la inversión extranjera. Que sigamos exportando bienes. Importando. La inversión extranjera”. Ya no entendí lo del gas, entonces.

El reportero del chaleco rojo se sacude de su estado zombie-catatónico y hace su segunda pregunta, algo con respecto a alguna indicativa de sustentabilidad del medio ambiente que vaya a girar el actual gobierno. Ya para este momento, pedir que haya enfoque en la respuesta es cómo pedirle concentración a Dracula en un banco de sangre. “Aquí Conde, aquí. Concéntrese mi Conde, concéntrese”

“Es muy importante que el estado asuma su responsabilidad como promotor del crecimiento económico” empieza su respuesta, cerrándole las puertas a aquello del diálogo circular. O de hablar de la sustentabilidad. Pero eso sí, habla de las islas de crecimiento durante el periodo neoliberal: que si el norte creció, que si el centro creció, pero que si el sur se estancó. Como dije, no soy muy fiel seguidor a estas mañaneras, pero ésta no es la primera vez que escucho esto. Lo de la sustentabilidad se lo pasa por el arco del triunfo. Chance no entendió la pregunta, o chance fui yo quien no entendió la pregunta. No deshecho esa segunda posibilidad.

El actual portador del espíritu del buen Profesor Hugo cree… no, no cree, quiere que el desarrollo sea parejo, por eso quiere impulsar el desarrollo del sureste. “Contradicciones y paradojas” dice, y está a dos “emmms” de lanzarse a darnos una de esas parábolas de Jesús en el Nuevo Testamento, y supongo que por eso ahora nos habla del agua, de los ríos Papaloapan (que quiere decir el río de las mariposas si mal no recuerdo del libro Senda que tuvimos en segundo año de primaria) y del Usumacinta, y del Suchiate y nos dice “y fíjense como son las cosas ahora falta el agua en el bajío, en la Comarca Lagunera” como diciendo “lero lero” aunque pone carita de emoji triste y agrega, pero allá hubo crecimiento, pero no en el sureste. A ver si ahora no se le ocurre desviar ríos. Nos dice que hay que aprovechar los recursos naturales, dice, el agua. El agua, repite, el agua, como si fuera el primero que se le ocurre que el agua es más o menos importante. Agrega, así de la manga, que a los neoliberales se les olvidó lo que se establece en el Artículo 25 de la Constitución. Uh oh… esos neoliberales, de veras con esos neoliberales, nomas calientan las cosas les digo, nos dice. Y con eso, termina su respuesta de la sustentabilidad del medio ambiente.

Volteo a mi alrededor a ver si alguien pide que quitemos la cara de What.

De vez en cuando hacen tomas amplias del salón de eventos, y me queda claro que lo hacen para que los reporteros no se queden dormidos.

Elige a otro reportero... “tu” le dice, con el dedo índice de La Parca, y de inmediato desvanece el Profesor Hugo, entra La Parca.

Un reportero, quien se presenta como reportero de Notimex le pregunta, oiga ¿qué onda con lo del pleito entre Marti Batres y Ricardo Monreal? La Parca lo observa con cara de que, ¿qué pedo con esa pregunta güey? Nos vemos afuera en el patio, después de la mañanera. Güey.

La Parca primero informa que le informaron que lo de los trabajadores de Notimex ya está resuelto, que porque les van a pagar lo que les corresponde. Informados están.

Agrega “yo no me meto en cuestiones del partido…”. Eso dice. Aunque lo que realmente está diciendo es, a ver, arrimen sus sillas y les digo cómo es que se deben hacer las cosas. ¿Alguien gusta de una cubita mientras les cuento, desde mi podio, de cómo no me meto en esos asuntos?

Desgraciadamente pierdo el hilo desde el mero principio porque dice “aquellos que nos dedicamos al noble oficio de la política”. Así dice. Dice “noble” en la misma oración que “política” y lo visualizo montado en un caballo negro, rescatando a la reina esa de pelo cuasi-blanco de Game of Thrones, de la cual no me puedo acordar el nombre y tratar de hacerlo me hace perder el hilo de la mañanera. Cuando regreso, me lo encuentro hablando del amor al pueblo, el respeto necesario hacia el pueblo que se necesita para llevar a cabo el noble oficio de la política, que a él no le preocupan eso de los intereses personales, que eso no. Vamos, si tuviera a Monreal y al Batres aquí, les reparte unos buenos zapes, o le pide a la primera dama que les aviente un chanclazo y bien merecido. Este, el mío, es un noble oficio.

Y de repente, es quítense que ahí les voy que se me olvidó tomarme mi pastilla del TDAH junto con mi jugo de naranja en la mañana: “a ver” nos dice con ese tono de párroco mañosón y malhumorado de la Capilla de la Señora de los Santos Remedios en el merito San Ismael de los Pinquipochis, “lo importante es transformar, hacer historia con ideales y principios; el político que no tiene ideales no tiene futuro; ya cambió la mentalidad del pueblo; el pueblo sabe quien habla con la verdad; el pueblo sabe quien habla con buenos sentimientos, sabe quien los ayuda y sabe quien es un trepador, un oportunista, un politiquero, hay que trabajar en beneficio del pueblo, y ahora que me voy de gira con jóvenes les digo a ellos que recuerden que lo más importante es no desprenderse de la gente, recoger los sentimientos de la gente, del pueblo”. Y vamos, ¿y porqué no? nos recuerda del amor profundo del General Lázaro Cárdenas a la gente, de profundo respeto, profundo amor por el pueblo. Con eso del amor profundo del General Cárdenas, me acuerdo de que en “Arrebatos Carnales”, Francisco Martín Moreno describe como al General le gustaba disfrutar de distintos amores en los pueblos que visitaba. Con esa memoria me desconecto de la mañanera aunque sea por un respiro, pero cuando estoy de vuelta veo que le sigue dando vueltas a lo mismo, porque nos explica como los políticos antes no escuchaban a la gente, y quien no escucha, no es político, dice y vamos que llevo aquí no se cuanto tiempo oyéndolo y como que no he escuchado ni maíz así que asumo que no soy político, ni podría ejercer yo tan noble profesión. Antes estaba mucho peor, dice, ahora ya no, porque antes lo que contaba era la relación pública de los influyentes, y pienso en el ingeniero Riobóo y también pienso un hmmm… Y sigue agregando, y en realidad no sé que tenga que ver esto con la pregunta, pero dice que ya luego se puso de moda el que, bueno, el ser famoso por los medios... y hmmm, vuelvo a pensar.. y de que así se introducen los productos chatarra, y que los políticos de antes se convertían en lo que son por mera propaganda… hmmmm, pienso de nueva cuenta con esa profundidad de pensamiento que luego me caracteriza…. que eran un producto, bien arregladitos, que se arreglaban con Moco de Gorila (chiste) que el poder solo tiene virtud cuando se pone al servicio de los demás. Habla de la satisfacción del ejercicio de la política, que con estar con la gente él se llena de orgullo y satisfacción. Invita a todos, con polémica, discrepancias pero lo más importante es hacer política para el pueblo. Que hay que hablar, salir de la oficina, sacudirse el color amarillo burócrata. El reportero que hizo la pregunta hace como media hora lo interrumpe porque seguro está igual de mareado que yo y su pregunta empezó hace mucho tiempo y por otros rumbos, pero no importa, este barco ya zarpó y La Parca se sigue sin detenerse diciendo que a pesar de que no se mete en los asuntos de su partido va a mandar una carta para expresar sus sentimientos y tratar algunos temas, como mantener principios e ideales, como el no buscar el poder por el poder, no abandonar al pueblo de México, luchar por los valores, de anclar valores para resistir. Total, nos reitera, “yo ya no soy parte del partido, pero a lo mejor asisto al congreso de Morena si es domingo y si me invitan”. Así dice, y si fuera más profesional yo, diría que así dijo casi textual.

El reportero hace una segunda pregunta, sobre la violencia en contra de las mujeres y de la protesta del viernes pasado, y con la mirada que le lanza La Parca, queda claro que a este reportero no lo van a invitar otra vez a una mañanera por más de que sea reportero de Notimex.

La Parca contesta sobre el derecho soberano a manifestar y de hacerlo de manera pacífica, y que no está de acuerdo con la violencia. Que la violencia no funciona contra la violencia, dice. Pienso en que qué menso fue Winston Churchill, tan fácil como invitar a Hitler a tomarse un té con scones y allí hubiera terminado todo, pero no. Nos avisa qué Claudia (y cómo que mientras madres peleándose con la correcta pronunciación del apellido “Sheinbaum”) ya ha tenido reuniones para ver lo de la manifestación, y que se están haciendo compromisos para la paz y la tranquilidad. En pocas palabras, no contesta nada. Pero lo hace de manera muy noble. Supongo.

Una reportera le pregunta sobre las diferencias en Morena, que si no le preocupan las discrepancias que existen entre sus miembros para que pasen sus propuestas de Ley. No, no, contesta, porque todo se hace para el bien del pueblo! Mis iniciativas son buenas, son para el bien del pueblo. ¿Cómo no van a aprobar todo lo que propongo si todo es bueno? Así contesta, pero con una sonrisa. Derrama bondad.

La reportera pregunta algo de los chalecos khaki y así de repente me doy cuenta de que según el contador del video, a esto le queda más de una hora, y mis dedos se están entumiendo de escribir tan rápido en el iPhone.

El león cree que son de su misma condición, lo escuchó decir, y sonrío porque es un dicho que en algún punto de mi vida dije mucho. También decía el de “¿cómo te quedó el ojo?” mismo que Carolina llegó a odiar, sobre todo porque lo grité varias veces mientras cascareábamos en el patio del Edron y ella tomaba un examen en el gimnasio de la escuela.

Aun así, como que sé que estoy llegando al final de mi paciencia y de repente me detengo por completo de escribir cuando dice que a Dios lo que es de Dios, y al Cesar lo del Cesar, porque para andar escuchando repeticiones, mejor veo el Veracruz contra el Necaxa, donde por lo menos hubo siete goles.

Sé que me pierdo lo mejor de la mañanera de ese día, cuando nos dice que estamos felices, felices, felices. Lo sé. Me parece muy noble el que me digan lo que siento, y se siente muy padre estar tan feliz como dicen que estoy, o sea que solo falta el inclinarme y darle las gracias. Así que gracias!


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